España XXI

Proyecto de interacción cultural transfronterizo


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Interferences from Venus 2 aka Drank Pirate monologue aka wassap-i-pities 2.0.

2013-12-20 19.32.32

Listen while you read: Standstill – La familia inventada.

¿Pero quien sabe de esta Realidad?,
frustrante caricatura del desear.
Plagada de verdades sin contar,
de mentiras poderosas,
ángeles y demonios, siempre quieren jugar.
Dío con los dados: esperad una mano más.
Os he clavado unos pareados, perdonad por el spam.
Es fruto del respeto a la Verdad, esa que nos esforzamos por buscar,
con mucho cuidado de no llegarla a encontrar.

To A., not personally of course.

Jc


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Letters from Mars 1 aka Sounds from the moon

Himnos patrios reloaded,

#IberiaEmergida #HastaIndiaConAmor

 

 

#ElPlanetaImaginario aka #DesertIsAliveWhenInOsterrich aka #SedentarismIsAlsoNoManLand


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Letters from the moon. Capítulo 7.

CiudadReal

(Listen while you read – new window – La inmensidad – La M.O.D.A – in Lugano-Niza 2017)

Querido O.,

Ha pasado tanto tiempo desde nuestra última carta que apenas recuerdo qué cosas te he contado y qué no. Esto de momento no es mucho problema, me he leído algunos fragmentos de las copias que guardo y me hago una idea ligera del hilo argumental: ninguno.

Quizá más adelante en esta relación epistolar la discontinuidad pueda ocasionar alguna estéril repetición pero, al fin y al cabo, será muestra de la pesadez involuntaria de un despistado patológico y, por otro lado, subrayará la importancia inconsciente de algunas de las anécdotas que tienen menor impacto literal, que no necesariamente existencial.

Han sido días aciagos en la estación.

Como en todo espacio confinado, por grande que sea, confinado, limitado, demarcado, cualquier cambio estructural afecta profundamente las costumbres y por tanto a los humores de los seres que lo habitan.

Aquellas goteras eran un problema más serio de lo que parecía así que hemos tenido corredores aislados, despachos cerrados, flujos vitales interrumpidos. Como un virus, de desconocido origen y vía de transmisión, la agitación emocional, y en algunos casos intelectual, se ha extendido entre los pobladores de la base.

De unos a otros, de otros a unos, no ha faltado quien perdiese el control de las habituales comedidas acciones y reacciones; unos antes otros después, hemos ido pasando por esta gripe de malestar absurdo, actuando a la vez como reservorios y víctimas de esta inmaterial demencia transmisible, que ha puesto de manifiesto lo obsesivo-compulsivo de nuestro habitual transcurrir, camuflado en normalidad dentro de la inmutable rutina de una estación que ha probado exigir este perfil conductual para poder sobrevivir en paz.

Pero no querría aburrirte con anécdotas cotidianas que tal vez se repliquen con frecuencia en tu entorno vital. Me gustaría contarte alguna de aquellas que te dejan sabor de haber experimentado algo esencial.

Por desgracia ando corto de inspiración, querido sobrino, sin duda tiene que ver con la influencia en la evocación de la memoria que tiene nuestro estado emocional. Dicho así tiene mucho sentido, y seguramente muchos estudios, sacrosanta evidencia IA, que lo avalen. Pensado asá, sin embargo, se me antoja una muestra más de nuestra limitada libertad individual. Ya sabes, el ello, el super-yo… asfixiando como siempre un yo desorientado que golpea las suturas craneales, ya no luchando por su libertad sino en busca de un eco que confirme su propia realidad…

Te contaré una muy absurda pero muy esencial.

Tenía yo unos 16 años, como siempre. Hacía tiempo que me gustaba el wind-surf pero era todo un problema conseguir el equipamiento, y la infraestructura necesaria para mantenerlo. Por otro lado tus abuelos, pragmáticos ellos, no tenían muy claro como aquello podía contribuir a mantener unos resultados académicos que eran lo único que consideraban me podría garantizar un futuro, o más bien una supervivencia, digna. Así tampoco estaban por la labor de hacer esfuerzos épicos para alimentar este vicio existencial.

Se dió la circunstancia de que en un club de la ciudad ofrecían cursos de formación (que yo en realidad no necesitaba, había aprendido con 9 años en Alicante) que incluían la posibilidad de mantener posteriormente entrenamientos los fines de semana con el material del club…

Abreviaré. Hice el curso. Pasaron días, pasaron semanas. Al principio todos los que hacían el curso querían quedarse para seguir practicando. Así ocurría que teníamos una sola tabla para un grupo de varias personas y en ocasiones tenías que pasar la mañana en la playa esperando para conseguir dar una sola vuelta durante unos minutos. Decía que pasaron días y pasaron semanas y la mayor parte de los aficionados fueron desapareciendo, por aburrimiento.

Yo no me aburría, no me podría aburrir. A mi esa vuelta me compensaba todas las esperas del mundo, y esas esperas, que disfrutaba pensando en lo que iba a hacer al tocar su fin, me iban a compensar todo lo demás.

Avanzados los días quedábamos pocos, cada vez era posible pasar más tiempo en la tabla y, al ser menos, el club empezó a poner a nuestra disposición más material para que todos pudiésemos navegar durante más rato…

La historia se alarga: incluso gané un campeonato. Pero también languidece: no pude recoger el trofeo porque tenía un examen al día siguiente y no hubo muchas más trasluchadas porque los rigores del curso académico eran incompatibles con la vibraciones de sal-vaje libertad que comenzaban a apoderarse de mi.

No se si piensas que la moraleja de esta historia es: trabaja por lo que deseas, siempre lo conseguirás.

Nada más lejos de la realidad. La verdadera moraleja es que si haces lo que te gusta el resultado siempre te sabrá a mar, a éxito y a libertad. Por supuesto estaba más contento cuando finalmente pude dedicar más horas a la práctica real. Pero lo que creo debes observar es que estaba disfrutando cada segundo en aquellas mañanas de esperas sin fin, que el éxito, una vez mas, está en el camino, cuando esas piedras del camino eres tu quien las coloca…

Bueno, una carta de cotidianidad y anécdota, de poco peso existencial, así es como está tu tío hoy: shallow.

Que le vamos a hacer.

Una de las cosas que pronto tuve que aprender a aceptar al tener a residentes a cargo es que es imposible transmutarse todos los días en Hipócrates o Ramón y Cajal. Aún poniendo en juego el propio orgullo personal y profesional es importante no ocultar a los discípulos las miserias de la realidad; no para entristecerles precozmente o robarles su entusiasmo jovial, sólo para que el recuerdo quede en su memoria y les ayude a aceptarse en los días, a veces aciagos, que están por llegar.

Nada más, querido,

Que andes siempre con los tobillos y pienses mucho con las orejas.

Have a rest now, be prompt later.

Te quiere.

Dr. J.


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Letters from the moon. Capítulo 4.

Texacante.jpg

 Listen while you read: Chicago, Christina Rosenvinge & Vetusta Morla -New window

To P, not personally, of course.

 

Querido sobrino,

Hoy te escribo desde el insomnio. No me refiero en esta ocasión a una topografía doméstica de cama y almohada doble. De hecho mientras te escribo desde el mirador ojeo intermitentemente el policromo paisaje de la oscuridad de la noche lunar, estrellada de farolas que mantienen viva la sensación de orden y control mientras otros, la mayoría, descansan protegidos por esa barrera conceptual tan abstracta como eficaz: la vigilia ajena.

Echo de menos los insomnios de juventud, habitualmente relacionados con hechos inminentes, estresantes, concretos, con fecha de inicio y expedición. Ahora es ligeramente diferente. Aunque se que la incapacidad para conciliar un sueño reparador no será eterna, cada vez es mayor el convencimiento de que su motivo, abstracto y difícil de definir o aprehender, volverá a visitarme de forma regular en noches futuras.

 

Querría hablarte sobrino de los momentos de pérdida, de pérdida y vacío existencial. De los tiempos en que no puedes evitar encender un cigarro más a pesar de que tus pulmones claman por su libertad en forma de broncoespasmo irritativo. Pero tu necesitas uno más, porque no sabes de que otra manera aferrarte a la necesidad de continuidad.

Quisiera pensar, sobrino, que no te has unido ni te unirás a estas huestes del desorden estructural, al pueblo que todo conoce y nada posee, a los abanderados de la libertad, sin embargo los mayores esclavos de la sedentaria realidad. Sí, me refiero a los nómadas. Nómadas involuntarios, incluso inconscientes, como algunos de tus bisabuelos y abuelos, como tu madre y tu tío. Me parece cuanto menos improbable que el virus del relativismo cultural no haya impregnado de algún modo tu esencia, incluso en imperceptibles formas que sólo serás capaz de identificar por oposición a lo que algunos gozan llamar “gente normal”. No te inquietes, no es tu culpa, nunca fue opcional.

 

Si fuese ese el caso, querido, creo que es mi obligación acortar el camino de doloroso conocimiento de tu íntima realidad. Hay al menos dos cosas que debes saber: pasarás gran parte de tu vida intentando asimilar, aceptar, interiorizar, esas culturas asentadas, tan esquizofrénicas como tú o más, no te sientas mal, es una necesidad; pasarás también minutos y horas analizando, muchas veces también despreciando, los mecanismos que mueven estas sociedades, auto-limitadas por sus propios miedos y costumbres, convertidos en rutinas y tradiciones inmutables, alejadas de cualquier racionalidad objetiva.

Debes saber sobrino que la objetividad que es virtud en ciencia puede ser un gran escollo para la integración social. No porque no existan criterios objetivos en la misma, sino porque su racionalidad se basa en la coherencia del relato compartido por los habitantes de un mismo lugar, tomando en consideración implicaciones históricas, lazos emocionales e incluso miedos ancestrales. Algo diferente de la objetividad aplicada a la realidad presente a la que más probablemente estés acostumbrado como médico, no por eso menos verdadera.

Debes recordar, sin embargo, que eres parte de un proceso de simbiosis. Tan necesarios son esos referentes amurallados de geografía y transmisión de cultura oral para completar tu alma y hacerte sentir más real y más persona; como es necesaria tu estrábica visión para complementar un saber disperso en conceptos y concreto en su demarcación territorial, para hacerlo evolucionar hacia una forma más ajustada y universal de entender la realidad.

 

Podrías pensar que en nuestros tiempos de “red de redes”, “deep learning” y simultáneas traducciones, la importancia de estos consejos se desdibuja igual que se evapora en el aire el aroma de un té. Nada más lejos de la realidad. Las avanzadas herramientas de comunicación con las que contamos liman asperezas y suavizan aristas, actúan como protocolo de equiparación superficial que facilita el contacto; pero cuidado: detrás de fotos, hashtags compartidos y comentarios debatidos subyacentes profundas diferencias culturales que siguen requiriendo gran inversión de tiempo, esfuerzo, de comprehensión y voluntad, para transformarse de repugnantes o inquietantes a excitantes o imprescindibles.

 

Creo que con esto vamos bien por una noche de nomadismo y realidad, de insomnio y vacío existencial. Te escribiré de nuevo pronto, desde esta base tan llena de vida como de polvo, cuyo sentido no alcanzo a comprender, ojalá algún día reciba una respuesta por tu parte que me indique que todavía estás bien.

Take a deep rest now, be prompt later.

Love

J.